Torca del Calista

HISTORIA DE LAS EXPLORACIONES

La primera exploración que se realizó en la Torca del Carlista fue el 1 de diciembre de 1957, tres hombres del Grupo Espeleológico Vizcaíno (G.E.V.) de la Diputación Foral de Bizkaia, descendieron hasta la cota de -28 m, sondeando hasta - 60 m, dejando la exploración para mejor ocasión.
Se preparó una nueva expedición para el 4 de abril de 1958, participando además de los hombres del G.E.V., el célebre espeleólogo Ruiz de Arkaute, Puente apodado el “Moreno”, Chinchurreta, Alejandro Ugalde y Jon Arana, siendo este ultimo el que pisaría por primera vez el suelo de la gran sala a -154 m de profundidad tras cinco horas de equipamiento y descenso.
Los primeros en bajar fueron Chinchurreta que llegó hasta la primera plataforma a unos 25 m de profundidad y posteriormente "El moreno" que consiguió avanzar hasta la cota de -45 m. Arana comenzó el descenso utilizando a los dos exploradores como puente, bien cargado de glucosa, alcanzando la profundidad máxima de -154 m a las tres en punto de la tarde. Tras recorrer algunas galerías, con una gran inclinación y muy caóticas (La débil luz que portaba le dio la sensación de estar explorando una gran galería y no una sala). Comenzó su ascenso a las 3:45 p.m. llegando a superficie a las 5:00 p.m., bautizando espeleológicamente al decubrimiento como Galería Arana.
Para esta expedición se emplearon los siguientes materiales: dos teléfonos con 200 de cable, 140 m de escala metálica de cable doble, 140 m de cuerda de nylon de 12 mm y 50 m de perlón de 8 mm, así como 150 m de cuerdas corrientes y 80 m de escalas.
Del 17 al 20 de julio de 1958, organiza el G.E.V. la IV Asamblea Regional de Espeleología, en Carranza. Mientras que se celebraban las conferencias una expedición alcanzaba la cota final de la torca a 355 m de profundidad. El equipo estaba compuesto por los espeleólogos de Aranzadi, Arcaute, Puente, José Pérez y Arana, del grupo Iradier de Vitoria, Eraso, Polidura y Medinabeitia, del grupo G.E.V., Ugarte, Pellón y Negueruela y del Principe de Viana Isaac Santesteban.
El 18 de julio se introdujeron en Carlista cuatro espeleólogos, comenzando el descenso a las 9:30 a.m. Tras varias horas hicieron pie en la base de la sima a las 3:00 p.m.
El equipo de punta comenzó a desembalar cinco petates cargados de material que fueron descendidos por el equipo de superficie, los espeleólogos comunicaron por teléfono que estaban maravillados con la sima y que hasta el día siguiente no volverían a conectar.
Aprovecharon los exploradores para levantar un plano parcial de la cavidad dando como resultado la topografía de una sala de aproximadamente 500 m de longitud por 300 m de ancho y su altura tomada en un único punto daba unos 100 m de altura.
Eraso invitó a Santesteban a tomar café y comer en el interior de la Torca y por supuesto Santesteban no declinó su oferta, y descendió para compartir un buen café con Adolfo Eraso y sus compañeros y acto seguido subió a superficie de nuevo.
Este antro se convirtió en un hallazgo sin precedentes ya que si comparamos esta sala con la más grande conocida a nivel mundial en esa época, llamada como Gruta Giantte de Trieste, con 170 m x 150 m x 120 m aproximadamente, nos podemos hacer una idea del estupor y alegría que supuso para los espeleólogos que participaron en esa expedición.
En octubre de 1958, una expedición organizada por los Grupos Universitarios de Montaña (G.U.M.) compuesta por ocho espeleólogos de Bizkaia, cinco de Valencia dos de Granada y dos de Madrid. Los exploradores se separaron en un equipo de punta de 4 personas y otro de profundidad de otras 8 más, el resto sería el equipo de superficie.
Estuvieron diez días bajo tierra explorando y realizando diversos trabajos de investigación, incluyendo un detallado plano topográfico de la Gran Sala de la Torca del Carlista, realizado por la Sección de Topografía de los Grupos Universitarios de Montaña del S.E.V. de Bizkaia.
En Semana Santa de 1959 el G.E.V. organizó una nueva expedición con idea de realizar algunas comprobaciones topográficas además de recolectar algunas muestras geológicas e hidroquímicas. Tomaron parte en el equipo de profundidad Gaizka Ugarte y Javier de la Hidalga por el G.E.V.; Arcaute y Chinchurreta de Aranzadi; Adolfo Eraso por el Manuel Iradier, y en el equipo de superficie Ernesto Nolte, Eugenio Sojo y Antonio Arratibel.

A partir de ese momento, las expediciones a la Torca del Carlista se han sucedido sin interrupción por espeleólogos de casi todos los países del mundo. Es destacable la extraordinaria labor desarrollada por los diferentes investigadores que a lo largo de los años han realizado trabajos de topografía en la Gran Sala de la Torca del Carlista, y que han ayudado a conocer una de las grandes maravillas del mundo subterráneo.

Enviado por email, por Rakel Malanda Ruiz

Secretaria de la Sociedad de Ciencias Espeleológicas Alfonso Antxia